No la olvides más…

martes, 23 de febrero de 2010

No la olvides más
No la olvides
Retenla en el pecho, en la garganta
En la pupila, en la memoria

y no dejes que salga nunca
cierra los ojos
apreta los puños
frunce el ceño
resístela en el vientre
y retenla como un grito
bloquéale el paso
entorpécele el sendero

pero no la olvides más
no la olvides
ni dejes que grite por las noches
ni permitas que perturbe tus sueños

cuando sientas que arde
traga saliva
cuando sientes que huye
cierra la boca
y cuando sientas que
se desmorona inconteniblemente...
suspira

has que viva por siempre
que persista por los siglos, que sobreviva
dentro de ti por años

y como un canario en su jaula
déjala que espere como piedra
que perdure como una herida
que sobreviva sobre todos los naufragios

pero no la olvides más
no ahora ni mañana ni nunca

aunque se te haga la piel añicos
al abrazarla

aunque sólo sea nada y polvo lo que abraces...

Con el tiempo que...

domingo, 14 de febrero de 2010

Con el tiempo que demoras en el tocador / bastaría con ver de principio a fin el lento y perezoso transcurrir de una tortuga /se degollarían sin piedad mil días sombríos del eterno y siempre funesto calendario / me iría de escala a escala hasta el sótano del mas profundo sueño /y leería toda la antología de Chéjov, la cual terminaría desquiciadamente recitando /cada cuartilla de memoria en la nada de tu sala.

Con el tiempo que demoras en el tocador /pasaría el otoño furiosamente deshojando todos los verdes ramajes de las horas endebles / contaría de uno en uno /una manada de borregos despavoridos / y armaría con ociosas estrategias una revolución machista en contra de la vanidad obstinada y la premura femenina.

Pero sobre todo / con ese tiempo que demoras en el tocador /me conformaría tan sólo con formularme conjeturas mas inteligentes /que me ayuden a comprender tu insistente necedad por embellecer lo bello.

Esfinge

jueves, 4 de febrero de 2010

…Y ahí estuve siempre, esperándote -como el que espera la muerte- al pie de mi ventana,
ahí estuve contemplando en cada alborada el descenso del último vuelo de la aurora

y ahí estuve viendo como la palmera se corroía al paso feroz del viento enardecido

ahí estuve…como una estatua de sal que el dedo de dios petrificó

como un vil ciego que no da paso alguno sin antes esperar su lazarillo

Estuve ahí y no cese jamás de contemplar la huida apacible de las golondrinas

ni me cansé jamás de ver el trayecto burdo del cangrejo

ni sacié nunca de andar en pos de los álgidos oleajes que batían sus garras inmunes en la costa añeja de mis soledades.

Y Estuve ahí…varado al pie de mi ventana
noche tras noche obstinadamente
esperando no se qué capricho
deshilvanado no se que de tu recuerdo

y ahí estuve siempre… pero nunca llegaste, sirena,
no llegaste a rescatar –como tus mariposas-
el suspiro postrero,

y es ahora una esfinge aquel que acalla al pie de la ventana
…es aquel que escribe esto frente a la mar
con una esperanza firme pero adolorida

…como quien ve llover y al mismo tiempo
mira sus penas caer sobre el oleaje.

Ofelia

miércoles, 3 de febrero de 2010

¡Que bella te ves, amor, cuando te bañas en el río!
Empapando tu benevolencia prístina de mujer
Desnudando palmo a palmo tu cuerpo enardecido

¿Cómo es posible que dios te haya creado
así tan dulce y perfectamente esbelta
para despertar al mundo y sus somníferos?

Ay amor, tu ya no me dejas más menesteres
que desearte toda tu como un cretino
atesorando este amor amable y abnegado
que yo guardo en mi pecho, clandestino

Y lo he pensado, amada, lo he pensado
cada vez que veo tu cuerpo sobre el río
no hay duda alguna, amor:
¡La desnudez es tu mejor vestido!