El amor calza zapatillas
Lleva consigo una negra cabellera
viste de atuendos escotados
presume de excitantes atributos
Y sobre una barra de taberna
Pide un trago
Saca un cigarrillo y balbucea
Al cantinero
El amor –es cierto-
Huele a perfume de magnolias
Mira con unos ojos oscuros y ataviados
Y pide un trago más
Observa la multitud cautiva
Y fija su miraje en mí.
El amor, si, el amor tiene unos
Senos voluptuosos pero discretos
Toma tequila en cáliz de oro
Y se acerca a mi mesa
Con la copa en mano
Mientras me lee
El amor…
¡Ah súbito amor desgraciado!
Y es cierto
El amor tiene una linda frente
Despejada
Donde un lunar posa majestuoso
Lleva consigo una esbelta
figura ignota que la preside
Y me dice un Hola
Con una dulcificante
Boca escarlata.
Identidad
jueves, 28 de enero de 2010
Publicado por José Antonio Iñiguez Narváez en 12:18
Etiquetas: José Antonio Iñiguez
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4 comentarios:
claro, veo en tu perfil que eres del df, este 23 de febrero estaré presentando el poemario en el palacio de mineria en la feria del libro, a las 6 de la tarde, ahí tendré algunos libros.Porque por ahora ni yo tengo ja!.
el amor de cantina de tus versos me dió ganas de beberme un corazón líquido sabor a ron... el hamor siempre sabe extrañamente embriagador.
El amor es tantas cosas a la vez!!
Y comparto el sentir de José Agustin, aquí dan ganas de beber
Saludos!
Me ha gustado mucho, el amor es un mundo para cada persona.
Me ha encantado tu blog. Te sigo ^^
Besos infinitos!
p.d:La foto de arriba es el Sena, en París?
El amor huele a dos hermosas tetas.
No más.
Mosca
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